Re-capacitados: reconocer la diferencia para defender la igualdad

  

  Un joven con gafas negras y un gastado bastón se coloca a nuestro lado. Pide a uno de nosotros que lo ayudemos  a ubicarse en uno de los bancos del aula que alojará a más de setenta alumnos. Pero, con una pícara sonrisa, nos dice que no lo llevemos a las últimas filas porque desde allí no vería el pizarrón.

  Ella tiene que hacer una maqueta para arquitectura. Debe dibujar, marcar, pegar y recortar con un solo brazo. Sin embargo, no puede evitar las carcajadas cuando nos confiesa que lo que más se le complica es llevar el trabajo ya hecho a la facultad.

  Las ruedas de su silla brillan y se deslizan por el piso de la facultad con facilidad, pese a la muchedumbre de estudiantes repartiendo folletos y corriendo para llegar a horario. Le gustan las rampas, nos avisa, le parecen divertidas. Pero se desilusiona cuando los ascensores demoran o se corta la luz, y no tiene como acceder al tercer piso de abogacía.

  Circunstancias similares viven más de 160 jóvenes en situación de discapacidad, que viven cotidianamente una dura pelea para acceder a la universidad pública. Ellos desean superarse, desean progresar, desean insertarse en una sociedad que prefiere dotarlos de beneficios económicos que de conocimientos. Ellos buscan que no se los llame discapacitados, que sus dificultades físicas sólo sean teorías en un papel, y que su capacidad mental rompa todos los límites existentes.

  Para asesorarlos y asistirlos existe la Comisión Universitaria para la Discapacidad, que busca abarcar todas las áreas existentes para generar igualdad de condiciones a estos estudiantes. Esta comisión, como los que conformamos este blog, tienen como objetivo que el acceso a recursos educativos no esté librado a la buena voluntad de docentes que no están capacitados pedagógicamente para alumnos en situación de discapacidad; ni que la facilidad para trasladarse en la facultad sea cuestión de azar o de casualidad.

  Es necesario, por lo tanto, generar una serie de herramientas para que los jóvenes en situación de discapacidad no dejen los estudios universitarios por cuestiones físicas. La finalidad de este blog será, entonces, la de presentar y plasmar estos instrumentos, para que todos aquellos que busquen información útil para acceder a la facultad puedan obtenerla con un solo click. Y mediante la exposición de testimonios de personas que viven en carne propia la desigualdad y los prejuicios, queremos que cada uno de nuestros lectores vea que todo es posible, y que la discapacidad no es algo ajeno, sino que está en cada aula donde hoy nos toca cursar.

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Fernando Brovelli